La familia Potter

Audrey no podía ver, los ocho libros –tres de ellos gruesos y pesados-, se apilaban ahora sobre sus frágiles brazos, no podía ver el camino y Hagrid todavía no había aparecido, pudo ver por el rabillo del ojo la tienda de Madame Malkin Túnicas para todas las Ocasiones, necesitaba comprar 3 túnicas sencillas y una para invierno, en cuanto entro a la tienda contigua a la librería, dejo caer los libros haciendo un estridente ruido, todos en la tienda se volvieron a verla, algunos con severidad y desaprobación.
Dejo escapar un resoplido de cansancio. Una bruja regordeta que llevaba una túnica larga y ancha, era de un color morado pálido, con una sonrisa cachetona y arrugada en su rostro, se acerco a ella.
-Querida, ¿Se te ofrece algo?, que tipo de túnica necesitas, sencilla, extra abrigada, lo que sea…- Ella asintió lentamente.
-Tres sencillas y una para invierno, todas negras, por favor.- Fue lo único que pudo decir.
-Espera allá cariño, enseguida tomo tus medidas, estoy atendiendo a otra niña.- Le aseguro la señora señalándole un pequeño banquito, junto al de una niña pelirroja y pecosa, Audrey obedeció…
-También entraras en Hogwarts.- Le pregunto la niña junto a ella con timidez, Audrey se limito a asentir.- Yo también, junto con mi primo… estamos emocionados ya que nuestros hermanos también van allí.
-Eso es bueno.- Dijo ella sonriendo tímidamente.
-Mis padres están en la tienda de Ollivander para saludar y comprar nuestras nuevas varitas, ¿y los tuyos?- Ella trago saliva con fuerza.
-No vengo con mis padres, vengo con el guardabosques, Hagrid.- La niña abrió sus verdes ojos de par en par, brillándole de emoción.
-¡Hagrid está aquí!, donde… quiero verlo.- Audrey se sobre salto.
-No sé a dónde sé fue, me dejo sola para comprar no se que, tengo que cargar con mis libros por ahí.- La niña rió.
-Mi nombre es Lily, Lily Potter.- Se presento sonriéndole, ella quedo boca abierta.
-Hagrid me ah hablado sobre ustedes, soy Audrey Cyrilhood.- Le respondió la niña impresionada.- Es un placer.
-Oh por favor, solo soy una niña…- Rió Lily con más confianza.
-Disculpa, es que Hagrid me contó sobre tú padre, yo estaría orgullosa…
-Y lo estoy, oh… hablando de él, ahí viene con mis hermanos y mi madre.
Audrey se volvió hacia la puerta y vio dos chicos junto a una pareja, su madre era una linda pelirroja al igual que ella, su padre, Harry Potter, era un hombre de piel blanca, con gafas circulares y cabello corto de color negro, dejando ver su cicatriz en forma de rayo, tenía unos ojos verde esmeralda. Uno de los chicos, el más grande… era de cabello castaño casi rubio, rostro ovalado y blanco como su padre, unas que otras pecas y el otro, fue el que hizo a Audrey sonrojar, una risa encantadora, los ojos de su padre y cabello negro que le cubría levemente los ojos, un poco más alto que Lily.
-Lily, todavía te falta mucho… queremos visitar al tío George en su tienda, pero parece que quieres mil túnicas.- Se burlo el hermano mayor, James…
-Es que Madame Malkin está terminando de hacerlas.- Se defendió arrugando su pecosa nariz.
-James, no la molestes y trata de comportarte, este será tú primer año como prefecto de Gryffindor…- Todos sus hermanos rieron al escuchar a su madre decir eso.
James se encogió de hombros.
-Mamá, papá… ella es Audrey, es su primer año también, anda con Hagrid.- Presento Lily a Audrey sonriendo.
-Oh, donde esta ese viejo… le dije que me enviara una lechuza en verano pero pareció estar muy ocupado.- Se quejo James en un resoplido.
-Bueno, bueno… cual es el escándalo, señorita… venga para tomarle las medidas. Pequeña Lily, aquí tiene…- Era Madame Malkin, sonriéndole a Audrey y entregándole a Lily sus túnicas.
-Gracias a dios.- Le susurro James a Albus.
-Ron y Hermione, nos esperan en el Caldero Chorreante, ya han comprado todo.- Les aviso Ginny a su hija mientras tomaba las túnicas y Harry le pagaba a Madame.
-Audrey, ¿quieres venir con nosotros luego?, dile a Hagrid que se quede a cenar…- Audrey lo pensó por un momento.
-Bueno… le diré haber si quiere.- Dijo ella tímidamente.
-Adiós…- Se despidió la pequeña Lily saliendo de la tienda.
Madame Malkin le midió a Audrey, los brazos, el cuello, el tronco, las piernas, en todos los ángulos, Audrey se sentía como un muñeco de pruebas… hasta que Hagrid se digno a aparecer y traía con él… ¿una lechuza?